De lo Etéreo y lo Intangible

Entrevista realizada por Frida Mazzotti



Luz del Carmen Blanco Cornejo de Jiménez nació el 16 de septiembre de 1966, en Plan de la Hayas, Ver. Desde joven mostró un especial interés por el estudio del fundamento religioso. Es Licenciada en Administración de empresas por la Universidad Autónoma Metropolitana campus Xochimilco. Master en labrado Bizantino por el Instituto Bodelón Madrid-México. Diplomada en Teología fundamental y Ciencias religiosas por el Pontificio Instituto Catequético. Apostolado en Rosario Mariano. Apostolado en Virgen peregrina de la Familia. Miembro de Iconofile members, Inc. Profesora de Iconografía y Labrado Bizantino del Monasterio Benedictino de Santa María y todos los Santos, del Seminario Arquidiocesano de Xalapa y del Centro Cultural Fridarte, así como de su propio Atellier. Iconógrafa de la Arquidiócesis de Xalapa de la Inmaculada desde el año 2000, así como Conferencista y Catequista. Curadora de exposiciones iconográficas a distancia. Expositora dentro de semanas culturales del Seminario Mayor de Xalapa, en el Centro de Servicios Diocesanos, en la Parroquia de San José como parte de las festividades patronales, y en el Centro Cultural Fridarte de Xalapa. Autora del libro Rosario. Actualmente trabaja en la elaboración del libro De Vírgenes y Arcángeles. Expositora en las jornadas culturales del seminario mayor y en dos ocasiones a nivel diócesis en la galería del Centro de Servicios Pastorales de la Arquidiócesis de Xalapa, así como en la Parroquia de San José en el marco de las festividades patronales. También en la muestra iconográfica De lo Etéreo y lo Intangible, en el Centro Cultural FridArte (23 al 30 de mayo de 2006). Actualmente cursa un diplomado en Ciencias Religiosas por parte del Pontificio Instituto Catequético.



Luz del Carmen, ¿qué es el repujado bizantino?
Te hablaré primero un poco acerca del Icono, que es en realidad lo que con los siglos da origen al labrado o repujado Bizantino. El Icono es una palabra de origen griego que significa “imagen”; el arte del icono representa en sí una afirmación, ya que dentro de la historia del arte, el Icono ha pasado por conflictos, dudas espirituales, controversias teológicas, culturales, persecuciones y finalmente no solo aceptaciones, sino yo diría entendimiento de lo que significa dar forma visible a una realidad espiritual superior. Para los católicos, Jesucristo es el icono vivo de Dios, Jesucristo representa la imagen de lo invisible, lo tangible de lo intangible. De ahí que al icono se le considere una ventana al cielo; es decir, no nos quedamos con la imagen sino con lo que ella representa, a donde ella nos lleva. No hacemos adoración, pues esa sólo se le debe a Dios: hacemos veneración ante lo sagrado que la imagen representa. San Juan Damasceno, quien fuera un arduo defensor de los iconos al grado de perder su mano por no acatar la orden de dejar de “escribir” imágenes decía que “lo que la palabra lleva al oído, la imagen lo lleva a los ojos y lo muestra haciéndolo accesible a la naturaleza humana”. Al icono también se le consideró en un momento determinado “La Biblia de los pobres”, ya que en el año 313 el Emperador Constantino autoriza el culto cristiano en todo los territorios del Imperio Romano, de tal modo que la religión católica, de ser perseguida, pasa a ser autorizada y posteriormente declarada la religión oficial del estado. Por supuesto, la mejor manera de evangelizar a tantos convertidos fue a través de la imagen, es por eso que en Europa vemos las iglesias tapizadas de iconos. Tú no tienes más que ingresar a esos templos, caminar y leer lo que las imágenes te dicen. Por supuesto, las imágenes entonces tienen todo un significado, una tradición y con el tiempo un canon, de tal modo que no puedes representar una imagen como se te ocurra o con los colores y la postura que te imagines, sino como lo dicta la tradición de la Iglesia.

¿Y aquellos que plasman las imágenes?
Las personas que escribimos imágenes somos entonces iconógrafos. El arte del icono se desarrollo a lo largo de muchos siglos en regiones como Grecia, Creta y Rusia. Es en el Monte Athos y posteriormente en Rusia donde comienza la idea de proteger y embellecer al icono con una cobertura metálica de plata y adornarlo con piedras preciosas, y hasta bordarlo con perlas. Es ahí donde nace el Labrado Bizantino como una técnica monástica. Los monjes escribían iconos sobre tablas preparadas, los cubrían repujando el metal con ayuda de herramientas rudimentarias como trozos de piel enrollada, buriles y algunos acocadores, se rellenaba con cera de abeja y se detenía con clavos a la madera.



¿Cómo te inicias tú en este arte?
En realidad comienza junto con mi maternidad. Hace quince años que tomé el primero de muchos cursos con una profesora española. Mi interés por saber y conocer más me llevó a un largo camino de estudios, diplomados, libros, investigaciones, a ponerme en las manos de Dios, quien me ha llevado a conocer a las personas: monjes, sacerdotes, abades, Obispos y Arzobispos precisos, que habrían de compartirme su conocimiento para hacer de este arte una vocación de servicio. Conocimiento del que por cierto, cada vez que ahondo más en él me doy cuenta de lo poco que sé y lo mucho que me falta por aprender. Ha sido una ardua y lenta tarea, pero por supuesto llena de satisfacciones.

¿Qué materiales se utilizan? ¿En qué se diferencia del repujado en aluminio?
Los materiales para el labrado son plata o estaño, herramientas cromadas, rollos de papel comprimido, pátinas. Y creo que la diferencia esencial del repujado en aluminio es en primer lugar el material, ya que el aluminio, al ser un metal sin aleación, no es tan maleable como el estaño y no puede dar la elegancia que acostumbra el estaño o la plata; y en segundo lugar, que el labrado bizantino es una técnica monástica que se trabaja por medio de oración, y cuando la complementas con la iconografía, entonces también la acompañas del ayuno. Se trata de convertirte en un instrumento, de vaciarte de ti y pedirle al Santo que estás representando que guíe tus manos. Inclusive hay una oración del iconógrafo que antecede a todo trabajo.



¿Cuáles son los ritos que se siguen para labrar una imagen?
En primer lugar, pedir la asistencia del Espíritu Santo mediante una oración especial (que a mí en lo particular me compartió un monje griego benedictino). El soporte es una tabla preparada. Se aplica después la hoja de oro. Se transcribe la imagen, tal como lo dicte la tradición; es decir, un iconógrafo no ejecuta una obra personal, espontánea, no imprimes tu personalidad en la obra, o tu gusto o sentimiento personal. Nunca un icono debe ir firmado, ya que nuestra naturaleza mortal no puede avalar un asunto espiritual que por sí mismo se avala. Se trabaja sobre mesa, aunque en la antigüedad se hacía en cuclillas; no se trabaja sobre caballete. Se comienzan a aplicar las capas de colores, siempre acompañado de oración. Una vez concluida, se determina si va a ir cubierta y se repite el procedimiento, pero ahora sobre metal. Con ayuda de las herramientas se va repujando o dando volumen al diseño y por supuesto aquí sí se vale enriquecer el manto, las coronas, esquinas, etc. Y al final se cubre la madera con ese vestidito logrado en metal.

¿Cualquiera puede aprender las técnicas?
En la antigüedad eran siempre monjes los que ejecutaban una obra y la iconografía un ministerio conferido por la Iglesia. Nadie se dedicaba a la pintura de iconos, ni nadie era iconógrafo por su propio gusto o afición a los iconos, sino como un ministerio propio que se le había conferido. Hoy en día aunque la técnica está al alcance de muchos. Considero que el ser iconógrafo sigue siendo un ministerio, una vocación, un apostolado y por supuesto que un apostolado es un estilo de vida.

¿Es una manualidad o un arte manual?
Hace algunos siglos que el labrado de metal era considerado dentro de las Artes Menores. Con respecto al icono es por supuesto un arte, pero sobre todo, es un arte que se distingue de cualquier otro por su espiritualidad, ya que es tema y modelo a la vez.

¿Es caro practicarlo?
Sí, un poco. Los metales, las herramientas, pátinas, piedras, sí son caros, pero considero que en realidad es una inversión más que un gasto.



¿Es un arte comercial?
Estamos muy acostumbrados a nuestro punto de vista occidental en donde las imágenes de bulto son nuestras predilectas. Sabemos que ocasionalmente subastan iconos originales a precios impresionantes, lamentablemente algunas personas han tomado al icono como objeto coleccionable, aunque poco a poco se habitúan a la idea de adquirirlo sobre pedido, ya que de este modo está elaborado ex profeso para la familia que lo encargue. A mí me gusta mucho recordar a Alan Riding en Vecinos distantes, en donde decía que en cada casa había una Virgen de Guadalupe. Creo que es una tradición que no deberíamos abandonar. La Virgen de Guadalupe es un icono que por sí mismo ha evangelizado a millones de personas, y además es nuestro icono, ya lo dijo el Papa Benedicto XIV al pronunciar las palabras que el salmo 147 dedica al pueblo judío para celebrar que ha regresado de su cautiverio en Babilonia: ha fortificado Jerusalén, ha vencido a sus enemigos de la región y comienza a disfrutar de la paz y la abundancia: “Non fecit taliter omni nationi”: “No ha hecho cosa igual con las demás naciones”. Yo creo que ahí tenemos el mejor ejemplo teológico de lo que puede hacer un icono.

¿Hay asociaciones internacionales de arte bizantino religioso?
Sí, por supuesto. Algunas de las más importantes son la Association of British Iconographers, la Association of Iconographers of Ireland, Restaurateurs sans Frontieres e Iconofilemembers Inc.

¿Por qué eres la única iconógrafa autorizada por la diócesis para impartir este arte a laicos?
La terminología correcta es que estoy avalada por mi Arquidiócesis. Como te decía, esto es un ministerio y como tal te lo confiere tu Iglesia. Yo estoy bajo el cobijo de mi Iglesia y cuento con la bendición personal de nuestro Arzobispo emérito, Dn. Sergio Obeso, ya que durante su gestión comencé a ser iconógrafa. Cuento también con la aceptación de nuestro Arzobispo, Dn. Hipólito Reyes, para realizar este ministerio de evangelización a través de la imagen. Afortunada y agraciadamente, cuento también con la bendición benedictina del padre Thomas Mitchel, entre otros.

¿Qué experiencias como iconógrafa te han marcado espiritualmente?
Creo que el trabajo con los seminaristas y monjes benedictinos ha sido mi mejor regalo, ya que más que enseñar, me dediqué a aprender. Servir a mi Iglesia ha sido mi mayor aprendizaje.



¿Qué satisfacciones te ha dado ser iconógrafa de una diócesis tan importante como la de Xalapa?
Representar a una Arquidiócesis como la nuestra que fue y ha sido puerta de entrada de nuestra fe Católica, es todo un reto y un compromiso que humildemente trato de cumplir cada día. Me gusta ser ecuménica, respeto todas las tradiciones y creencias, pero camino siempre con mi fe puesta en Cristo, que junto con la oración del Corazón y el Rosario, son mi alimento. Mi trabajo ha sido cuidado y seguido por el Arzobispo Dn. Sergio Obeso, quien para mi fortuna se convirtió en amigo personal de mi familia. El honor de conocer a abades, priores, monjes y sacerdotes como el P.OSB. Thomas, el Rev. Nektary, el padre Zilli, el padre Sotero Dominguez , los padres Jorge Blanco, Juan Beristáin, el P. OSB. Miguel Laguna, el P. Gonzalo Platas, el PLC Alejandro Arias, el PLC. Edgar Espinosa… lo malo de mencionar es que puedes omitir, ¿no? ¡Qué pena! Y por supuesto que el Gobierno de Veracruz me haya honrado con elegir mi trabajo para obsequiarlo a personalidades como el Nuncio Apostólico en su visita a nuestro estado, o como regalo a Roma en la canonización de San Juan Diego, y el que en ocasiones me hayan elegido como curadora a distancia de exposiciones iconográficas, han sido satisfacciones trascendentales en mi vida.

¿Dónde se puede aprender esta técnica?
He sido profesora del Monasterio Benedictino de Santa María y todos los Santos, del Seminario Mayor de Xalapa “San Rafael Guízar y Valencia” y del Centro Cultural Fridarte, así como de mi propio taller. He compartido esta técnica también en el interior de la República, con órdenes religiosas o con personas que se organizan para recibir cursos intensivos.

¿Cómo puede la gente obtener una de estas piezas?
En realidad trato de trabajar apegada a las tradiciones ortodoxas de escribir el icono sobre encargo. Lo pueden hacer escribiendo a fridarte@gmail.com